Nuestra aventura por la costa oeste de Irlanda tenía un objetivo claro: visitar los Cliffs of Moher, la joya natural del país. Como ya os explicamos en el artículo Amanecer de fuego en la bahía de Galway, fuimos muy afortunados al poder presenciar ese espectáculo justo antes de salir en busca de los acantilados. Para nosotros fue el mejor inicio para una jornada que, por sí sola, se presentaba apasionante.
Llegar hasta los Cliffs of Moher en coche desde Galway no es excesivamente complicado, ya que hay poco más de una hora y media de camino por la N67, una carretera que bordea el litoral de Irlanda y luego vuelve a meterse por el interior hasta llegar a Doolin. Así que con toda la ilusión del mundo, y con alguna dificultad por las estrechas carreteras interiores que hay que recorrer hasta llegar, por fin nos encontramos frente a frente con el punto de entrada a los acantilados. A partir de entonces, sentimos esa sensación de cosquilleo e ilusión que se siente al abrir el regalo que tanto estabas esperando.
Si queréis conocer información práctica, los precios de las entradas o las sensaciones que experimentamos durante nuestra visita, las siguientes líneas os serán de gran ayuda. ¡Comencemos!
Ruta en coche hasta los Cliffs of Moher desde Galway
Teníamos muchas ganas de visitar este paraíso natural, que se encuentra situado en el condado de County Clare. Según las estadísticas de los responsables de turismo de Irlanda, los Acantilados de Moher reciben cada año nada más y nada menos que un millón de visitantes. A pesar de ese dato, que nadie se asuste: es posible experimentar la soledad y quietud de este lugar, único en el mundo por su belleza y gran diversidad de especies de aves marinas.
Como curiosidad, contaros que “Moher” proviene de la palabra Mothar, que en gaélico significa “Fortaleza arruinada” o “Fortaleza en ruinas”. Este idioma ancestral está perdiendo hablantes a marchas forzadas a pesar del esfuerzo que realiza el gobierno por tratar de introducirlo de nuevo en la vida diaria de la población. Por eso, es difícil encontrar a alguien por Dublín y las grandes ciudades que lo hable. En cambio, los preciosos pueblos de pescadores que se encuentran a los pies del Wild Atlantic Way (una carretera costera de más de 2500 km de longitud) se convierten en una apuesta segura si se quiere encontrar a los últimos hablantes de esta lengua milenaria.
Al llegar al aparcamiento donde se encuentra la entrada a los Cliffs of Moher os encontraréis un parking en el que podréis dejar el coche. Eso sí, antes tendréis que pagar al personal encargado del aparcamiento vuestro ticket de entrada. Los precios son los siguientes:
Adultos: 6€ / Niños menores de 16 años: Gratis / Mayores de 65 años y estudiantes: 4,50€ / Visitante discapacitado: 4,50€
*CONSEJO: si queréis llegar desde Dublín, en este enlace podréis contratar un tour que os lleva a los Cliffs of Moher y os enseña lo mejor de la costa del oeste irlandés 😀
Una vez pasado este trámite, podréis dirigiros hacia el Centro del Visitante de los Cliffs of Moher, un recinto situado cerca de la Torre O’Brien (s. XIX) en el que podréis ver una exposición sobre la fauna, la flora y la forma de vida de las personas que viven en los acantilados. Es muy interesante, sobre todo si viajáis con niños, ya que hay diferentes actividades y juegos en los que podréis aprender los sonidos de las distintas aves que pueblan los acantilados.
Según los expertos, en los Cliffs of Moher viven más de 30.000 parejas de aves marinas de más de 20 especies diferentes entre abril y julio, la época de cría más común. Una de ellas, y quizás la más famosa, es la Fratercula Arctica. Suena científico, pero seguro que si os decimos que ese es el nombre en latín de los famosos frailecillos, sabréis perfectamente de qué ave os estamos hablando. Por desgracia, en la época en que visitamos los Cliffs of Moher no pudimos ver a ninguno, ya que en diciembre no crían y huyen a pasar largas temporadas en solitario hasta que llegue de nuevo la época de cría.
Después de nuestra visita al Centro del Visitante de los acantilados de Moher, nos dirigimos hacia el sendero litoral que bordea los Cliffs. Este sendero tiene una extensión de 8km de longitud, y alcanza su altura máxima en Knockardakin, donde mide 214 metros. A través de este, pudimos caminar en solitario sintiendo cada detalle de los acantilados: sus olores, sus sonidos y sobre todo, sus vistas. Un auténtico paraíso natural que, de pronto, era solo para nosotros.
Alejarse del Centro de visitantes y de la Torre O’Brien es perfecto para encontrar algo de intimidad y sacar las mejores fotos en perspectiva. Os recomendamos que, si tenéis tiempo y ganas, caminéis hasta un punto llamado Hags Head, el más al sur de los Cliffs of Moher. Desde allí, si miráis en dirección norte – a la torre O’Brien – podréis ver la forma de una mujer sentada mirando hacia el océano Atlántico, según los locales.
Antes de terminar nuestra visita, desandamos lo andado y nos dirigimos a la Torre O’Brien, que se encontraba llena de curiosos y avispados fotógrafos. El camino que conduce hasta la torre es especial, ya que los músicos locales suelen tocar melodías que van muy en sintonía con los Cliffs of Moher. Al final del mismo, nos encontramos de frente con la Torre O’Brien, construida en el año 1835 por Cornelus O’Brien, descendiente del gran rey irlandés Brian Boru. Recordaréis su nombre porque os hablamos de él en nuestro artículo “Ruta por Dublín en 2 o 3 días”.
La experiencia en los acantilados de Moher fue inmejorable y nos fuimos de allí con la sensación de haber cumplido con un sueño viajero que teníamos pendiente desde hacía tiempo. A continuación, os dejaremos un destacado de información práctica sobre los Acantilados de Moher que os será de gran ayuda.
Información práctica sobre los Acantilados de Moher
- Precio de la entrada: Adultos: 6€ / Niños menores de 16 años: Gratis / Mayores de 65 años y estudiantes: 4,50€ / Visitante discapacitado: 4,50€
- Mejores horas para visitar los Acantilados: de 9:00 a 11:00 de la mañana
- Seguro de viaje con 5% de descuento: si piensas ir con un seguro de viaje a tu ruta por Irlanda, cómpralo desde nuestro blog y llévate un 5% de descuento.
- Cómo llegar desde Galway: carretera N67 / 75,6km / 1h 34min de trayecto / carreteras estrechas
- Cómo llegar desde Dublín: carretera M6 / 257km / 3h 17min / carreteras en buen estado excepto últim tramo / incluye peaje
- Web oficial de los Cliffs of Moher: encontraréis información actualizada sobre precios, acontecimientos y todo tipo de actividades relacionadas con los Acantilados de Moher. ¡A disfrutar del viaje!
Esperamos que os haya gustado nuestra experiencia y que os unáis a nuestra comunidad suscribiéndoos a la newsletter del blog. ¡Os esperamos![magicactionbox id=”2770″]
Los cliffs de moher fueron mi mejor recuerdo de mi viaje a Irlanda, llegar y ver aquellos acantilados bordeando el.mar y luego ir paseando por el sendero que decias se te ponia la piel de gallina, sencillamente es impresionante este lugar. Recuerdo ver en la torre o’brien a una pareja que se acababa de casar, fue.muy curioso hacerse las fotos alli, no en vano, los cliffs tmb son un lugar romantico.
Saludos crack, a seguir viajando y recordando viajes.
La verdad es que sí Victor, es un lugar realmente precioso y con una gran personalidad. Ana acabó enamorada de la ruta por Irlanda que hicimos, y especialmente de los Cliffs of Moher. ¡No descartamos volver pronto!
¡Un saludo crack y gracias por comentar! ^^
No hay de que maquina un.placer como siempre yo volveria con.los ojos cerrados los cliffs te atraen tienen.algo que te atrapan.
De estos lugares que me gustaría visitar algún día. Muy buena información la que aportís. Espero poder utilizarla más pronto que tarde!
¡Hola Jordi!
Muchas gracias por tu comentario. Un tío con tanto mundo como tú no puede dejar pasar más tiempo sin visitar los acantilados de Moher. ¡Son espectaculares!
¡Un saludo crack!