La ruta por el sur de Islandia continúa desde Skógafoss, donde encaramos el tercer día de viaje con optimismo. En las siguientes líneas te contaremos detalladamente los días 3 y 4 de nuestra ruta de viaje por Islandia en coche, para que tengas una referencia sobre lo que hay que ver en el sur de la isla.

La impresionante Skógafoss cae sin cesar ante la mirada de dos viajeros
Día 3 por el sur de Islandia: Skógafoss, Foss á Sidu y Vatnajökull
El día amanece despejado y con esperanzas de poder disfrutar de la cascada sin lluvia. La ilusión ante la posibilidad de poder ver un arco iris al pie de Skógafoss se apodera de nosotros. Pero como bien dice el refrán islandés, “si no te gusta el tiempo, espera 5 minutos”. ¡Y vaya si es verdad!
Después de desayunar y con una ligera lluvia, decidimos explorar por fin Skógafoss antes de abandonar el hotel. Hay un camino de escaleras que asciende a lo alto de la cascada por su flanco derecho. Se trata de una escalinata que combina tramos de madera y metal que conduce hasta el lugar donde el agua de Skógafoss comienza a precipitarse. Es muy recomendable, a mitad de la escalinata, desviarse por la colina para llegar a un pequeño balcón natural que queda justo a mitad de altura de la cascada. ¡Estad con los ojos bien abiertos, porque allí podréis ver una pequeña estatuilla de un gnomo escondida!
Quién sabe si es el protector de ese tesoro vikingo que cuentan las leyendas nativas se esconde tras la incesante cortina de agua de Skógafoss. Arriba aparece un sendero muy recomendable, y que nos conduce a través del río que la alimenta. Durante el transcurso de la excursión, se pueden ver otras muchas cascadas.
Después de Skógafoss, ya nada sería lo mismo. Aunque Islandia es un país de contrastes; una isla viva llena de sorpresas…

La playa de arena negra de Dyrhólaey, cercana a Vík
Seguimos nuestra ruta por el sur de Islandia y emprendemos dirección a Dyrhólaey, la famosa playa de arena negra cercana a Vík. La road 1 entre Skógar y Vík nos transporta a través de paisajes cada vez más diferentes, en un terreno tremendamente cambiante. Y es que cerca de esta zona se encuentra el glaciar más grande de Europa, el Vatnajökull.
Resulta fácil divisarlo, ya que en el paisaje de postal que nos acompaña, observamos de fondo unas majestuosas montañas de color negro salpicadas de blanco. Las lenguas del glaciar aparecen cada vez con más asiduidad en el horizonte. Por eso, nos pica la curiosidad y decidimos explorar una de esas lenguas: el Sólheimajökull.
El paisaje que la rodea es desolador y a la vez atractivo: los colores se mezclan dando la sensación de estar mal combinados. Un terreno marrón salpicado por un lago de agua gris en el que flotan pedazos de icebergs teñidos de negro. Y al fondo, unas montañas con verde e incluso cascadas que descienden al glaciar. Muchos de los hielos que aquí se encuentran están teñidos de negro, producto de la ceniza volcánica. Sin duda un paisaje diferente a lo que habíamos visto hasta ahora (y muy característico del sur de Islandia).

Frailecillos en uno de los acantilados de Dyrhólaey
Nuestra ruta por el sur de Islandia continúa y ahora sí ponemos rumbo a Dyrhólaey nuevamente, tras dejar atrás el lago Jokulsarlón, repleto de icebergs, que visitaríamos al día siguiente. El objetivo para ese día era llegar a las enormes playas de arena negra de Vík, donde la costa se pierde entre la niebla por su inmensidad. Allí, vimos por primera vez a los famosos frailecillos. Nuestro viaje a Islandia en 11 días lo hicimos a finales de agosto, momento en el que los frailecillos emigran a tierras más cálidas. A pesar de ello, conseguimos verlos. ¡Toda una experiencia!
Hacemos una parada en Vík para comer, una pequeña ciudad en la que se puede disfrutar de una de las mejores playas del mundo. O al menos eso dicen sus habitantes, ya que junto a un acantilado se encuentran 4 formaciones rocosas que parecen catedrales.

Con el Vatnajökull en el retrovisor
De camino a Foss á Sidu y la colina del Enano, hacemos una pequeña parada en Fjardrárgljúfur, unos impresionantes acantilados que se encuentran al lado de la carretera. La nueva cascada que perseguimos, Foss á Sidu, aparece ante nosotros casi sin percatarnos. Su belleza nos llama la atención, pero según la guía ésta estaría situada justo en frente de una famosa colina, la del Enano.
Para nuestra sorpresa, la colina no es más que un montículo desde la carretera llamado Dverghamrar, aunque no por ello menos impresionante. Esta colina de columnas de basalto es famosa por las leyendas que se cuentan de ella. Según dicen los lugareños del sur de Islandia, este lugar es mágico, pues en él viven enanos, hadas y otros seres mitológicos nórdicos. Más allá de que esto sea cierto o no (cada cual que crea lo que quiera), este enclave posee un encanto especial. Un pequeño sendero con dos formaciones de basalto enmarca a Foss á Sidu al fondo, que cae en picado sin descanso. La única pega del sitio es que está lleno de mosquitos, y por eso salimos pitando antes de que puedan alcanzarnos.

Foss á Sidu vista desde la Colina del Enano
El hotel de esta noche se encuentra situado justo detrás del glaciar Vatnajökull, uno de los alojamientos en los que estuvimos durante nuestro roadtrip por Islandia. El día se acaba y a pesar de que se nos hace tarde y sufrimos una auténtica odisea para poder cenar, podemos conseguirlo. Pero eso ya forma parte de otra historia.
Día 4 en el sur de Islandia: Lago Jokulsarlón, Höfn y Djupivilspogur

Icebergs en el Lago Jokulsarlón
El cuarto día de nuestra ruta por el sur de Islandia comienza con la ilusión de visitar Jokulsarlón. El día anterior habíamos barajado diferentes opciones, pero finalmente nos decantamos por el bote anfibio, más económico (4500 kr por persona) y a la postre, igual de efectivo. Los tickets pueden comprarse en el mismo lago, en los pequeños establecimientos que se encuentran cercanos al parking. El bote anfibio resulta espectacular, ya que se trata de enormes barcos amarillos equipados con ruedas de todoterreno que atraviesan la zona como si de un automóvil más se tratase. En el bote te proporcionan chaleco y hasta un traje especial para los más frioleros, aunque huelen bastante mal.
El lago Jokulsarlón es impresionante ya que en él flotan impasibles cientos de icebergs de diferentes tonalidades que descienden del glaciar. Desde un color azul cielo intenso, al blanco o al gris por culpa de la ceniza volcánica. Esta es una de las excursiones en Islandia que resultan imprescindibles para cualquier viajero que visita el sur. Además, te dan a probar un trozo de hielo milenario. Sí, es cierto, no sabe diferente a uno de los que podemos probar en cualquier bar. ¡Pero siempre podremos decir que nos hemos llevado a la boca un pedazo de historia!

El puente de la road 1 que atraviesa el Lago Jokulsarlón
Después de Jokulsarlón ponemos rumbo a Höfn, el siguiente destino de nuestra ruta por el sur de Islandia. Allí comemos unos bocadillos en un pequeño restaurante muy americano situado cerca de la costa. Yo me decanto por el Humarloka, un bocadillo de langosta increíblemente sabroso. Lo recomiendo a todo el mundo. En Höfn también se puede disfrutar de un agradable paseo por el sendero que recorre la costa del pueblo, desde el que se puede disfrutar de grandes vistas en un día sin niebla.
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De Höfn a Djupivilspogur y Breidalsvík transcurre una hora y cuarto de camino, donde encontramos cisnes y muchas otras especies de aves revoloteando cercanas al mar. Finalmente, el día acaba en Egilsstadir, una de las principales ciudades de Islandia y que se encuentra cercana a Vallanes, el bungalow donde pasamos el cuarto día de viaje (realmente muy recomendable, echadle un vistazo en el post que os hemos dejado un poco más arriba sobre los alojamientos). Había que descansar para iniciar la ruta por el norte de Islandia. Pero eso, forma parte de la guía de viaje por el norte de Islandia.

Vista de una casita costera de Djupivilspogur
Excelente descripción !!! Espero que nos sirva en nuestro viaje a Islandia.
Muchas gracias.
Muchas gracias Gloria! Me alegro de que te haya gustado el artículo y espero, como bien dices, que pueda servirte de ayuda en tu viaje por tierras islandesas. Seguro que el país no te decepciona. ¡Es mágico!