
Una perspectiva diferente de Gulfoss, la catarata Dorada
Día 1: Una ruta por el Círculo Dorado
La primera jornada de nuestra ruta por el sur de Islandia en 10 días nos propusimos visitar tres lugares: Thingvellir, Geysir y Gulfoss.
A pesar de dormir en un bungalow cercano a Keflavík, a pocos kilómetros de la capital, nos decantamos por dejar la visita a Reikiavik para la última etapa del viaje. Es una simple elección, aunque acabar en la capital después de un viaje largo, y poder disfrutar de las comodidades de la ciudad para recuperarse las últimas horas…suena bien, ¿no?
La compañía que escogimos para nuestro automóvil fue Sixt, en la que por unos 500€ pudimos alquilar un Cherovlet cómodo y funcional. Comparte oficina con Geysir, otra compañía de alquiler de coches en Islandia, ¡así que ojo con confundirse de cola al llegar, ya que son las dos naranjas!
El primero de los enclaves casi nos lo encontramos de bruces, tras algo más de hora y media de camino por la carretera de circunvalación, que rodea la isla. El Parque Nacional de Thingvellir se caracteriza por dos razones principalmente: la falla que divide los continentes de Eurasia y América y también porque aquí se fundó el Parlamento más antiguo del mundo.

El Parque Nacional de Thingvellir, visto desde un mirador
La falla es fácil de ver, ya que se abre camino entre el parque dejando una clara separación entre los dos continentes. Sin duda, este lugar es ideal para observar de primera mano las características de un lugar único en el planeta Tierra. Esta es quizás una de las razones por las que Islandia tiene una actividad geológica frenética, que incluye volcanes, géisers y lagos de aguas geotermales, entre otros muchos fenómenos. Aquí se encuentra también un lugar único para los amantes del buceo. ¡Y es que el lago Silfra nos brinda la posibilidad de bucear por en medio de dos continentes! Aunque eso sí, el agua está tan congelada que más vale ir bien preparado. No disfruté de esta experiencia, pero me hubiera gustado poder realizarla. Quizás la próxima vez.
En Thingvellir también se fundó el primero de los parlamentos del mundo, o al menos eso dicen los libros de historia. Según cuentan, en el año 930 dC se fundó en las inmediaciones de este bonito Parque Natural un parlamento en el que los jefes trivales vikingos se reunían de forma periódica para decidir sobre leyes y otros asuntos que afectaban a la comunidad. Resulta verdaderamente emocionante imaginarse a un montón de jefes vikingos reunidos de forma pacífica decidiendo sobre las leyes que rigen sus pueblos.
Después de un buen rato de observación, decidimos continuar nuestro primer día de ruta por el sur de Islandia y ponemos rumbo a Geysir, una localidad muy especial. Geysir forma parte también del conocido como Círculo Dorado, una de las excursiones más famosas que se organizan desde Reikiavík. Y no es para menos. La llegada a este pequeño pueblo resulta misteriosa, ya que el campo que lo rodea está repleto de fumarolas que, en otro lugar, ya habrían hecho saltar las alarmas de incendio. Pero nada más lejos de la realidad. De la misma tierra aparece agua hirviendo a unos 100º centígrados, que provocan esas columnas de vapor tan impresionantes.

Gulfoss, uno de los enclaves que conforman el Círculo Dorado
Si por algo se caracteriza Geysir, es por el fenómeno natural que da nombre al pueblo y que se ha acabado apoderando de la palabra en medio mundo. Se trata ni más ni menos que de una columna de agua hirviendo que explota de una gran endidura y llega a alcanzar los 30 metros de altura. Se identifica fácilmente por la cantidad de personas que esperan a su alrededor, cámara en mano, a que cada 4 minutos estalle de nuevo. Aunque este géiser no es el original, ya que el primero (inactivo en la actualidad) llegaba a alcanzar los 80 metros de altura. Una experiencia fascinante.

En Gulfoss, la catarata Dorada.
La última etapa del primer día de viaje por el sur de Islandia concluye con la visita al último enclave del Círculo Dorado, la catarata Gulfoss, también conocida como Catarata Dorada. La llegada a la zona donde ésta se encuentra resulta algo contradictoria, ya que a pesar del estruendo del agua que se oye a lo lejos, la vista no alcanza a ver ni una pizca de agua. ¿Cómo puede ser que una cascada de 35 metros de altura, quede camuflada en un paisaje prácticamente llano y desierto? Las respuesta pronto la encontraríamos. Bajo nuestros pies, tras caminar unos pocos metros, aparecen una serie de escalinatas que nos conducen al mismo centro de un cañón forjado a base de terremotos y otros desastres naturales. Y por él, desciende una de las maravillas de Islandia, que aparece ante nosotros majestuosa. La caída principal de Gulfoss mide 35 metros, pero no es solo su altura lo que más nos impresiona. Su enorme caudal, y el ruido que produce al chocar contra las rocas de basalto, estremecen.
Para acabar el primer día de ruta del viaje a Islandia nos dirigimos a las afueras de Selfoss, donde teníamos nuestra segunda noche de hotel en una Guesthouse llamada Bitra. Este tipo de hospedajes suelen estar algo apartados de los pueblos, pero son una opción muy recomendable y acogedora.

La cascada Seljalandsfoss se caracteriza por poder caminar tras ella
Día 2: Seljalandsfoss y Skógar
Nuestro segundo día de ruta por el sur de Islandia comienza con un delicioso desayuno en la cocina de nuestro hospedaje, el Guesthouse Bitra, uno de los muchos alojamientos que tuvimos durante nuestro viaje por Islandia. Tras reponer fuerzas, nuestro primer destino del segundo día de ruta es Thodveldisbaerin, una cascada doble a la que se accede por un sendero que termina en dos casas vikingas recubiertas de césped. A pesar de todo, el lugar no es ni mucho menos como esperábamos. Entre otras cosas, porque la lluvia nos alcanzó en plena visita. Así que decidimos retomar la ruta de viaje a Islandia y poner rumbo al este.
A partir de entonces, la road 1 nos conduciría a lugares inimaginables para nosotros. Tan extraños y fascinantes para nuestra vista, que mientras íbamos al volante llegué a confundir una de las cataratas más caudalosas de Islandia con un tornado. Y es que resulta embriagador conducir por una carretera solitaria y divisar en el horizonte una montaña verde de la que descienden hasta 10 cascadas de diferente tamaño y forma. La más impresionante es Seljalandsfoss, que aparece justo en frente del aparcamiento. Una particularidad de esta cascada es que se puede caminar por detrás de la cortina de agua. Aunque eso sí, sabiendo que tras la visita acabarás empapado.

Frente a la cascada oculta de Gljúlfrabúi, a unos 500 metros de Seljalandsfoss
La vista desde detrás de Seljalandsfoss es espectacular, aunque desde luego no tan misteriosa como la que tendríamos el placer de descubrir unos pocos minutos más tarde. A unos 560 metros de distancia, se puede acceder mediante un camino de tierra bien indicado pero poco transcurrido por turistas a la cascada oculta de Gljúlfrabúi. ¡Y tan oculta que está! Para acceder a ella es necesario atravesar un pequeño pasadizo tipo cueva completamente encharcado. La única forma de acceder sin mojarse hasta los pies es haciendo equilibrios apoyado en la pared y saltando de una piedra a otra de las que asoman por encima del agua. Al final del túnel, se accede a una pequeña cueva descubierta desde donde se precipita una bella cascada. A pesar de la soledad del lugar y el estruendo del agua al chocar contra el suelo, en este lugar uno es capaz de encontrar la paz. Además, justo en frente de la cascada se encuentra una enorme piedra desde la que pudimos hacer fotografías espectaculares.
También es digno de mención el suculento plato de sopa de salmón y el el plato de Arctic Char con patatas y ensalada que degustamos en Hella antes de llegar hasta Seljalandsfoss. La gastronomía es también uno de los puntos fuertes de Islandia.

Vista panorámica de Skógafoss, en la localidad de Skógar
Tras Seljalandsfoss, ponemos rumbo a Skógar, el enclave de nuestro siguiente alojamiento. El camino hasta llegar a Skógar está lleno de cascadas que aparecen ante nosotros y nos despistan de la conducción. Pero si hay una que nos llama la atención de forma instantánea es la legendaria cascada Skógafoss. Una cortina de agua de más de 60 metros de altura que cae de forma incesante justo en frente de unas pocas tiendas de campaña que se han situado a pocos metros de ella. Nuestro hotel, llamado Skógafoss, tiene vistas a la cascada que le da origen a su nombre. La primera vez que nos acercamos a Skógafoss está anocheciendo y la luz comienza a ser tenue. Pero la inmensidad de la cascada nos atrae con la fuerza de un imán, quizás la del tesoro que cuenta la leyenda que un rey vikingo escondió tras ella.
Resulta paradójico que tal cantidad de agua no acabe por formar un caudaloso río. Decido acercarme todo lo posible a la cascada, que a esas horas ya se encuentra completamente solitaria. Seguramente también por las diminutas gotas de rocío que impregnan el ambiente producto de la caída del agua. Al acercarme, paso a paso, noto en primera persona la fuerza cautivadora de la naturaleza. Siento miedo y emoción al recibir el impacto del agua en mi rostro, y quedo prendado de la belleza de este lugar. Aunque necesité un buen rato para secarme, ¡la experiencia había merecido la pena!
El hotel, el más caro del viaje, se encontraba justo en frente de la cascada. A pesar de todo, dormir así da gusto.
Muchísimas gracias por tu excelente descripción de los 2 primeros días. Me está ayudando a preparar nuestro viaje a Islandia a finales de junio del 29 al 10 de julio.
Muchas gracias a ti Maite por confiar en nuestro blog y dejarnos este bonito comentario. Para nosotros, esta es la mayor recompensa. Te dejo aquí este enlace en el que encontrarás todos los artículos que escribimos sobre Islandia (diarios de viaje, consejos, datos prácticos…) ya que seguro te será de utilidad.
Esperamos que lo pases genial en tu viaje y si tienes cualquier pregunta, no dudes en consultarnos 😀
Un saludo!
para llegar a Skogafoss y Seljalandsfoss hace falta 4×4. Gracias
Buenos días Sofia!
Toda la ruta por Islandia de la que hablamos en nuestro blog la hicimos con un turismo normal (tirando a muy normalito). Mientras explores Islandia por la road 1 (la carretera circular que recorre toda la isla) no tendrás problemas. Por eso, puedes estar tranquila porque no se necesita 4×4 ni para llegar a Skógafoss ni tampoco a Seljalandsfoss.
¡Un saludo y que disfrutes de tu viaje a Islandia por libre!